Una reflexión crítica en torno a ciertas imágenes ‘apocalípticas’ que circularon al inicio de la pandemia de covid
Este itinerario de investigación propone retroceder a la fase inicial de la crisis sanitaria y social generada por la pandemia de covid que amenazó —de alguna u otra manera— a toda la población del planeta: a los meses de marzo, abril y mayo de 2020 cuando los gobiernos limitaron la libertad de circulación de las personas mediante confinamientos y cuarentenas y se suspendieron la mayoría de las actividades comerciales y productivas.
Durante este período de medidas extraordinarias adoptadas para evitar los contagios surgieron diversas escenas e imágenes que fueron publicadas en distintos medios de comunicación y circularon por redes sociales, que retrataban un mundo en el que las sociedades parecían presagiar su final: acopio de alimentos, avistamientos de animales salvajes, supermercados desabastecidos, cielos descontaminados, entierros masivos, etc. Imágenes que actuaron como retratos ‘apocalípticos’ similares a escenas de películas distópicas o series de televisión en las que el mundo futuro se ve amenazado por un colapso, una ficción que, de la noche a la mañana, con la declaración de la pandemia, se volvió una realidad inevitable.
El objetivo de Imágenes que expelen el final es reflexionar acerca de ciertas imágenes de una pandemia entendida epistémicamente como desastre socionatural. Partimos de que en el caso de catástrofes, como por ejemplo los tsunamis, la representación es evidente cuando observamos imágenes posteriores al fenómeno que registran la destrucción de las zonas costeras arrasadas por las olas. Frente a esto, nos preguntamos: ¿cuáles fueron aquellas ‘imágenes virulentas’ que nos permiten, en la actualidad, reflexionar en torno al derrumbe de las sociedades, el fin de las certezas, el desequilibrio entre humanidad y naturaleza, el control tecnológico de las masas, la brutal desigualdad socioeconómica?
Analizaremos cómo se marcó un precedente histórico al detenerse drásticamente la actividad humana por el confinamiento y el aislamiento de territorios específicos. Este contexto de separación física le concedió un rol clave a la tecnología y a las plataformas de interacción digital que operaron como vías de escape y confesoras del día a día, circunstancia que definió las maneras de narrar los sucesos en aquel período. Las personas no solo usaron las tecnologías como dispositivos de comunicación, también se vieron sometidas a la saturación de información y desinformación. Igualmente, para acatar las medidas obligatorias de confinamiento y distancia física, algunos gobiernos implementaron estrategias para la detección, ‘geolocalización’ o la segregación de barrios marginales, cuestiones susceptibles a un experimento perverso del control de la ciudadanía y sus derechos.
Observaremos cómo en ese período se inauguró una preocupación general reflejada en la expresión ‘miedo al futuro’ en la que la desigualdad social y la crisis climática suponían un porvenir extremadamente duro. Una situación que reafirmaba que toda crisis deja al descubierto la disparidad del tejido social y la precariedad con los sectores empobrecidos más castigados y dejados al margen. Asimismo, la forzada detención de actividades y, por tanto, la breve suspensión del impacto antropogénico, permitió cuestionar los excesos y agresiones que suceden entre humano y naturaleza, siendo las políticas globales de dominación al medio ambiente las responsables de que espacios naturales, especies animales y la vida misma, se hayan vuelto meros productos al servicio de la economía.
Imágenes que expelen el final propone, pues, reflexionar en torno a representaciones que operaron como testigos de un súbito derrumbe civilizador y nos mantuvieron como espectadores —encerrados e inmovilizados— del fracaso del actual sistema socioeconómico. Imágenes propias de un pasado reciente que concentró en pocos meses distintos procesos catastróficos que ya venían desarrollándose, que dibujaron una falsa esperanza de cambio para un mundo mejor y que abrieron, finalmente, la discusión sobre si acaso ese período de excepción podría servir de preparación para todos los desastres venideros o como sondeo para condiciones de supervivencia futura.
Imágenes que expelen el final es un itinerario de investigación dirigido por Paloma Villalobos.
Los itinerarios de investigación son dirigidos por especialistas con autonomía intelectual que los nutren con artículos escritos por ellos mismos o por un equipo colaborador propio. Cada itinerario responde así a las personas que ocupan su dirección y a las que con sus textos ayudan a darle forma.
Este itinerario forma parte de la investigación Un mundo sin nosotros: relatos y visualidades en tiempos virulentos desarrollada por Paloma Villalobos en el Departamento de Teoría de las Artes de la Universidad de Chile y financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile / Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, ANID / FONDECYT, Postdoctorado Folio 3210188.