Aunque el mundo ha padecido pandemias mucho más virulentas a lo largo de la historia, la provocada por el covid en 2020 se distinguió por una velocidad de propagación inusitada no solo del virus, sino de las imágenes producidas y compartidas a través de dispositivos móviles durante el confinamiento. Esta es la primera pandemia vivida en una sociedad digital, en la que la imagen alcanza todos los ámbitos de la vida cotidiana. Más dependientes de la tecnología que nunca, la vida transcurre entre apps, pantallas y dispositivos. Y aunque el cuerpo humano no ha cambiado tanto desde otras pandemias, sí lo ha hecho nuestra relación con la imagen: los momentos vividos se acumulan y comparten de forma inmediata, y a menudo compulsiva, desde millones de microcámaras que nos acompañan en el día a día, activándose a cualquier hora y desde cualquier lugar. Todo se presenta como potencialmente fotografiable y el mundo se convierte en un repositorio de imágenes.…
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