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Mucho se ha dicho sobre la palabra fotolibro hasta ahora. Sumo mi digresión: la detesto. Es una traducción literal al español del término photobook que tiene sentido en su lengua de origen por la forma que las palabras compuestas se pueden construir a través de la acumulación en ese idioma. Fotolibro, en cambio, suena a invento de mago barato. Tengo una foto, tengo un libro y si los junto en este sombrero llamado mercado, tengo un fotolibro. No. Reservemos la magia de la fotografía para otro momento.
En el año 2022 tuve la fortuna de asistir a la conferencia “Diseño editorial y fotolibros” del diseñador venezolano Ricardo Báez en StgoFoto (Santiago, Chile). Allí lo pude escuchar defendiendo una idea personal que propone modificar el infame término y reemplazarlo, aunque sea para molestar, por la palabra librofoto. Si vamos a jugar a ese juego sonso de juntar palabras para inventar cosas, para Báez entonces primero va libro y después foto.…
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