‘Hereafter’: el mundo entero era mi jardín
Carmen Dalmau
Cuando uno se sienta en la mesa del jardín de sus abuelos a tomar el té, en tazas floreadas de porcelana inglesa, no debería ignorar los fantasmas que se reúnen en torno, el peso de las raíces del pasado y de los cadáveres que arrastra cada familia.
En una arcadia infantil, alguna vez todos fuimos niños felices veraneando junto al mar y así nos lo muestran las imágenes en nuestro álbum familiar, pero no podemos rehuir de los murmullos encerrados en las caracolas marinas que nos evocan fantasmas cobijados en los rincones oscuros de nuestros paraísos de la infancia.
Hereafter está construido de fragmentos recontextualizados, porque es así como funciona la memoria con los recuerdos; selectiva y romántica. Es difícil descubrir cómo comenzó todo cuando tenemos demasiados documentos familiares —cartas, fotografías, recortes de prensa subrayados, poemas…— sepultados por los días, las ruinas y las ausencias en la casa de Horsham, un pueblo al sur de Inglaterra.…
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