Empiezo el día con ganas de hablar de ‘cine americano’, o por lo menos de qué significa eso ahora para mí. Y digo ‘cine americano’ asumiendo todas las consecuencias. Pues no es mi deseo decir ‘cine estadounidense’ ni ‘cine norteamericano’, no se trata de eso. Y mucho menos de ‘cine de Hollywood’. No me refiero a las películas fabricadas en ese lugar geográfico, en esa industria. Tampoco, como digo, a los films que se hacen en ese país ni en esa zona del mundo. Quiero pensar en una serie de imágenes que surgen de un espacio imaginario que ni siquiera es un espacio, que es la negación misma del espacio o, si acaso, un espacio mental, interminable e informe, en el que confluyen algunas ficciones que se nos proponen y el modo en que las hacemos nuestras. ¿O acaso no fue esa la base de la cinefilia tal como la entendieron algunos jóvenes franceses, en la década de los 50 del pasado siglo, al hablar de cinéma américain?…
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