Desde hace algún tiempo, casi al mismo tiempo que comenzamos a editar el contenido de un libro o a dibujar las primeras ideas en un cuaderno, pensamos con qué tecnología lo deberíamos imprimir. Es una suerte que actualmente en Galicia podamos decidir dónde hacerlo, sea en una pequeña imprenta, casi manualmente utilizando un Heidelberg de paletas, o en una rotativa que ocupa más de 6.000 m2 de almacén en un polígono industrial.
La posibilidad de imprimir Ostalgia en una rotativa surgió, por tanto, muy temprano. Además de las limitaciones económicas, teníamos la intuición de que las fotografías de Simona Rota contaban una historia que encajaba muy bien con el resultado que se consigue al imprimir en un papel de periódico. No es fácil explicar las intuiciones, pero la primera vez que vimos Ostalgia tuvimos una sensación similar a la de volver a un periódico de hace unos días, de hace meses o años: la percepción de algo frágil, distante y silencioso, desprovisto del ruido del presente.…
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