En esta sección, el ensayista y crítico de cine Carlos Losilla se lanza al abordaje para hablar del ‘cine que lo rodea’, que es el de su tiempo y el que debe entender día a día, sin descanso y asumiendo todos los obstáculos al respecto; para buscar la mejor manera de ‘escribir’ sobre él, lo cual teme que suponga otra lucha a brazo partido; y para ‘cuestionarse a sí mismo’ como alguien que escribe sobre cine, para ver si eso le basta o no o qué será de ese intento de abordaje
Decía hace poco Joe McElhaney en uno de sus posts de Facebook, siempre tan estimulantes, que a menudo se sentía un tanto ‘irrelevante’ en relación al mundo que lo rodea, pero que eso no le importaba. McElhaney es profesor en una universidad neoyorquina y autor de libros fundamentales para entender la historia del cine clásico (Vincente Minnelli: The Art of Entertainement), del cine moderno (Luchino Visconti and the Fabric of Cinema) y de lo que ocurre entre los dos (The Death of Classical Cinema).…
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Puede ser que sí, que el caballo (de vapor) de ‘Llegada del tren a la estación de La Ciotat’, de 1896, esté entrando en las ruinas del viejo cine de Taipei para decir ‘Goodbye, Dragon Inn’ (2003), simplemente y nada menos. Un saludo.
Gracias por tu comentario, Javier. Aunque lo parezca, tampoco soy tan pesimista: de las ruinas surgen siempre nuevas imágenes, aunque sean las de las propias ruinas, fragmentos, retazos… Y eso es también hermoso, ¿no? ¡Saludos cordiales!
Hermoso texto, no puedo estar más de acuerdo… Que bello eso de: “escombros de una cultura en trance de desaparición”, que cierto y extrañamente intrigante y atractivo.
Desaprender, desaprender, y a pasitos disfrutar de esa belleza al margen, de ese cine que deambula compañero más que maestro.
Gracias, Carlos!
Gracias a ti por tus palabras, Alex. Sí, desde los escombros se puede ir hacia atrás, desaprender y desaparecer un poquito, que demasiada presencia tenemos ya en todas partes… Y gracias por la alusión a ‘Deambulaciones’, un libro que, en efecto, intenta encontrar, en todas sus páginas, algún que otro compañero de viaje, aunque sea provisional…
Gracias por tu comentario, Javier. Aunque lo parezca, tampoco soy tan pesimista: de las ruinas surgen siempre nuevas imágenes, aunque sean las de las propias ruinas, fragmentos, retazos… Y eso es también hermoso, ¿no? ¡Saludos cordiales!